Aunque en la visión participan ambos ojos, la mayoría de las personas presentan un ojo dominante, es decir, la tendencia a apoyarse en uno más que en otro y es fundamental a la hora de enfocar un punto concreto, por ejemplo, la puntería en los deportes como el tiro o el baloncesto o a la hora de realizar una foto o mirar por un microscopio.
Es el ojo director, el que mayor agudeza visual tiene, el que domina la visión de profundidad, mientras que el otro domina la visión periférica y espacial.
Según algunos estudios, aproximandamente dos tercios de la población tienen dominancia del ojo derecho, frente a un tercio que utiliza más el ojo izquierdo. Se sabe que la edad y el sexo influyen notablemente en la dominancia de uno u otro, así en las mujeres y los niños no suele dominar un ojo de manera tan absoluta como sucede en los hombres, donde la dominacia de un ojo tiende a debilitarse en favor del otro.
Ser diestro o zurdo no determina la dominancia ocular, ya que ambos rasgos están controlados por partes distintas del cerebro, aunque en un porcentaje alto si puede llegar a coincidir.
¡Compruébalo tú mismo!
Con la dos manos forma un pequeño triángulo enmarcado por los dos pulgares y la punta de los nudillos de los dedos índice. Extiende los brazos al máximo y encuadra en ese triángulo un objeto a lo lejos.
Cierra el ojo izquierdo: si el objeto se mantiene centrado en el triángulo, tu ojo derecho es el dominante. Si lo ves descentrado, domina tu ojo izquierdo.